El tema de la custodia de menores tras una separación se ha convertido en una de las labores en las que frecuentemente intervienen los detectives privados. Sus investigaciones manifiestan muchas veces la idoneidad de uno u otro progenitor aportando pruebas que refuerzan los argumentos de los intervinientes en el conflicto. La separación de una pareja es un momento difícil y complejo. Si además existen hijos en común, se plantea la pregunta de cuál es el mejor futuro para ellos. Hay que elegir entre una serie de posibilidades analizando la situación y decantándose por la más favorable a los menores.
Una separación amigable y sin conflictos es lo ideal en estos casos. Pero ya sabemos que eso no siempre ocurre. Las disputas por asuntos monetarios, vivienda y, por supuesto, por los hijos, desgraciadamente se producen con frecuencia. Elegir el tipo de custodia para los vástagos de un matrimonio nos enfrenta a una serie de posibilidades entre las que hay que optar. Básicamente son dos, la exclusiva y la compartida, aunque excepcionalmente se concede la distributiva en la que se reparten los niños entre los padres y en muy raras ocasiones, cuando hay problemas graves, se concede la custodia a un tercero, sea un abuelo, un familiar, etc. Los niños muchas veces sufren las disputas entre los padres en caso de una separación traumática. El bienestar de los hijos debe ser lo más importante y eso es lo que prima en la decisión de los jueces.
La custodia de los hijos tras una separación se ha convertido en una de las labores en las que frecuentemente intervienen los detectives privados. Sus investigaciones manifiestan muchas veces la aptitud de un padre u otro para obtener la custodia. También lo contrario, la poca fiabilidad de ellos para ejercer su labor. Cada vez son más los matrimonios que al separarse les es concedida la custodia compartida. Para los hijos es el mejor supuesto ya que de esta manera comparten su tiempo con ambos padres. Objetivamente eso es lo ideal, sin conflictos ni riñas. Pero la realidad nos demuestra que hay muchos casos en que alguna de las partes contrata a un investigador privado para favorecer su posición frente al juez, aportando pruebas que demuestren que la expareja no posee las condiciones adecuadas para lograr la custodia.
Descubrir actitudes negligentes con los pequeños, confirmar vicios ocultos como la consumición de cannabis u otras drogas o la ingesta de alcohol en demasía, decantarían el dictamen del juez en uno u otro sentido.
Las pruebas documentadas de un detective privado son muy relevantes en este tipo de juicios de custodia de menores. Las hostilidades declaradas entre una pareja por la custodia de los hijos, son desgraciadamente algo corriente y la intervención de los investigadores algo habitual.
Detectives New Record en Palma de Mallorca posee experiencia acreditada en estos procesos, actuando con profesionalidad, discreción y eficacia.
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